Aquí os dijo la sesión que le hice a Rodrigo en el castañar de Casillas, en la provincia de Avila, un lugar mágico, de una belleza sin igual cuando llega el otoño. Al principio a Rodrigo le daba cosa tocar las hojas secas con la manos y no quería, pero poco a poco iba avanzando la sesión y a base de mucho insistir al final las tocaba e incluso llego a coger un puñado y tirarlas al aire. Al igual que él, disfruté ese día muchísimo.
Espero que os guste...
Un abrazo a tod@s